Los GAR recuerdan al guardia civil que se suicidó por culpa de ETA
El Grupo de Acción Rápida (GAR) no se olvida de sus caídos en décadas de lucha contra el terrorismo de ETA. Esta unidad de élite de la Guardia Civil, fundada como Grupo Antiterrorista Rural, perdió a varios agentes en atentados de la banda durante los años más duros en el País Vasco.
Con ETA ya disuelta, los miembros del GAR siguen recordando a algunos de sus compañeros asesinados. El Chivato ha podido conocer detalles de un discreto acto de homenaje que agentes de esta unidad, tanto en activo como ya retirados, organizaron hace unos días en la base de Logroño por uno de estos caídos.
El homenajeado en esta ocasión fue José Carlos Marrero Sanabria, protagonista de una historia que guardias civiles veteranos recuerdan como especialmente triste. Marrero fue herido en un ataque con bomba que terroristas de ETA hicieron explotar contra un coche de la Guardia Civil en Zarauz (Guipúzcoa) en 1986.
En el atentado falleció uno de los guardias civiles del GAR, Francisco Muriel Muñoz, que peinaba la zona tras varios atentados el 28 de junio de ese año. Otros ocupantes del vehículo resultaron heridos, pero los daños fueron especialmente graves en el caso de José Carlos Marrero.
Las secuelas físicas (una grave lesión cerebral) pero sobre todo psicológicas obligaron a internar a este guardia civil en un centro psiquiátrico. Un año y medio después del atentado, un compañero acudió a visitar a Marrero y éste aprovechó para arrebatarle la pistola y suicidarse de un tiro en la cabeza.
Aunque no murió en el atentado, se le considera víctima de ETA y así le recordaron este 10 de enero, 31 años después, en el monolito de la base del Grupo de Acción Rápida en Logroño.
La idea del homenaje partió de un par de veteranos, que querían acudir a título personal y con el apoyo del hermano de José Carlos Marrero a realizar su particular acto de recuerdo.
Pidieron permiso al teniente coronel al mando del GAR unos días antes. La respuesta fue positiva: el mando no se limitó a darles permiso, sino que además mandó formar en el patio del cuartel una sección del GAR y de la plana mayor del grupo.
Junto a ellos se colocó una formación de veteranos que, sin uniforme pero cubiertos con sus boinas verdes, colocaron varios ramos de flores ante el monumento con los nombres de los agentes caídos.
El acto se completó con otro momento emotivo: todos, miembros del Grupo de Acción Rápida en activo y veteranos, cantaron juntos el himno ‘La muerte no es el final’, en homenaje a Marrero y a todos agentes del GAR caídos en acto de servicio.